Lo que debes saber sobre incendios en edificios comunitarios
El reciente y devastador incendio que se ha producido en dos edificios comunitarios de la ciudad de Valencia, además de las diez pérdidas humanas y los cuantiosos gastos económicos que representará para todos los vecinos damnificados, seguramente que tendrá que traer muchos cambios colaterales.
Se tardará un tiempo en estudiar y aclarar algunas de las muchas circunstancias que lo han provocado, acelerado, controlado y extinguido. Y las preguntas que todo el mundo se está haciendo en estos momentos son incontables. No sólo por las personas que se ha visto afectadas directamente por el incendio, como pueden ser los familiares de los fallecidos, sino también por los que en unas pocas horas han visto como sus vidas han dado un vuelco completo y han perdido todo lo que tenían: su vivienda, sus pertenencias, sus mascotas, recuerdos... A algunos, al parecer, sólo les ha quedado el coche.
Pero las preguntas van más allá de la importancia de todo eso. ¿Cómo pudo empezar el fuego?, ¿cómo pudo extenderse a los dos edificios con esa rapidez?, ¿había alarmas sonoras en ambos edificios que alertaran de lo que estaba pasando para desalojarlos? Incluso se está cuestionando si algunas de las recomendaciones dadas por el Cuerpo de Bomberos fueron correctas.
Como Administradores de Fincas colegiados, nos sentimos orgullosos de poder trabajar a diario con el colectivo de Empleados de Fincas Urbanas, cuando vemos y escuchamos que uno de sus afiliados, llamado, Julián, ha hecho honor a su profesión y con riesgo de su propia vida ha salvado la de muchas personas, arriesgándose hasta que por prudencia le impidieron la entrada de nuevo al edificio en llamas y seguir arriesgándose para ayudar y salvar a sus vecinos —yo, personalmente, también podría dar el nombre y la actuación de algunos otros compañeros durante la pandemia con las personas que vivían solas en sus edificios—.
De cara al futuro, habrá que reflexionar y modificar algunas cosas y reglamentos, ante situaciones como las desgraciadamente vividas.
Se puede reflexionar sobre lo ocurrido. Aunque los expertos oficiales y los jueces dirán la última palabra.
¿Cómo pudo originarse el fuego?
Al parecer empezó en el toldo de un balcón situado en la planta 8ª de un edificio de 14 plantas, que además estaba vacío. Desconozco si ese piso estaba vacío en ese momento, o no vivía nadie en el actualmente.
Para que un toldo exterior empiece a arder no hay muchas causas que lo provoquen, como pueden ser: que el mecanismo de enrollamiento del toldo sea automático y eléctrico, que la instalación eléctrica no esté desconectada al no vivir nadie en él, y en el supuesto que su mecanismo de apertura sea manual, difícilmente podría ser la causa.
Pero en algunas Comunidades de propietarios si hemos vivido algunas reclamaciones de vecinos a los que, algún propietario de los pisos superiores, le habían quemado la ropa al tirar la colilla de un cigarrillo encendida.
¿Cómo pudo extenderse a los dos edificios con esa rapidez?
La rapidez inaudita con la que el fuego se extendió a toda la fachada de los edificios, lógicamente que esta en relación directa con los materiales que cubrían la fábrica de ladrillo en las fachadas. Y eso, hasta que no se compruebe su composición no se podrá saber. —Menudo problema para todos los usuarios de edificios construidos de forma similar por toda España—.
¿Había alarmas sonoras en ambos edificios que alertaran de lo que estaba pasando para desalojarlos?
La mayoría de los edificios actuales carecen de alarmas sonoras que alerten a sus usuarios del inicio de un incendio. Incluso la instalación de detectores de humos en las viviendas no es obligatorio colocarlos en España. —En los países en los que es obligatorio (Reino Unido, Francia y otros) los incendios en viviendas domésticas se han reducido entre el 40% y el 50% quedando solo en conatos—.
En España la Fundación MAPFRE viene luchando desde hace años para que se instalen los detectores de humos en las viviendas. Sus estadísticas (nuevamente las estadísticas) nos dicen que el 43,9% de los fallecidos en incendios durante 2018 en España fueron mayores de 64 años. Que el riesgo de morir en un incendio se multiplica por 5,2 si la persona vive sola. Que en 2018 se registraron 42 incendios al día en las viviendas y que en ese período fueron 123 los muertos por estas causas.
Se está cuestionando si algunas de las recomendaciones dadas por el Cuerpo de Bomberos fueron correctas
A mi modesto parecer, el Cuerpo de Bomberos, o los Bomberos que estaban dentro del edificio, jugándose la vida y que desconocían lo que estaba ocurriendo en las fachadas, actuaron correctamente según los parámetros actuales.
Casi toda la normativa actual y las recomendaciones de actuación ante un incendio doméstico se basan en que el incendio se origina en el interior del edificio. Casi nunca se me ha explicado cómo actuar cuando el fuego viene de la fachada para dentro. Sólo a partir del incendio de un edificio en Londres en su fachada, que ardió por los materiales empleados y 81 fallecidos, he empezado a leer algo al respecto.
El que a ese matrimonio con los dos hijos pequeños le dijeran que no salieran a la escalera si ya había humo en ella, y que se refugiaran en el baño, es de manual y lo más seguro para un incendio doméstico. ¿Que se estaría diciendo si le dicen que salgan y mueren los cuatro en las escaleras asfixiados por el humo? Probablemente yo habría hecho lo mismo con mi familia, desconociendo lo que estaba pasando en la fachada.
Por todo ello, lamentando lo sucedido, los 10 fallecimientos, los daños producidos y sus consecuencias, y una vez se investigue todo lo relacionado con el suceso, confío en que se tendrán que estudiar algunas normas de prevención y actuación para el futuro.
Mi pesar a todas esas familias y mi agradecimiento al colectivo de Empleados de Fincas Urbanas (lo que demuestra la importancia de contar con un Portero o Conserje en las Comunidades de propietarios) y sobre todo al Cuerpo de Bomberos, que como dice el refrán: "solo nos acordamos de Santa Rita cuando truena".